Madrid y los personajes de mi día a día. La importancia de los que creemos irrelevantes.
El Portero de nuestro piso: Juan. Hijo de portero, nieto de porteros... Le gusta fumar porros y ambientar el bloque con un penetrante olor a marihuana. Es un buen tío, entrañable. Me gusta mi portero.
Los conductores del 147: Se creen Niki Lauda bajando por Luchana y a veces tienen mucha "malafollá". Hay uno bajito, o eso parece porque siempre lo veo sentado, con pelo a lo Anasagasti que siempre me espera cuando me ve en la otra acera de la calle y que me echa una sonrisilla mientras me da los buenos días. No se cómo se llama. Se lo tengo que preguntar.
El Portero de mi trabajo: Se llama Gonzalo, y desde que vi la película "Mientras duermes" que va de un portero psicópata, este hombre me da mucho miedo. Pero bueno, es extremeño y seguro que buena gente.
Mis compis de trabajo: Para las horas que echamos juntos, nos llevamos bastante bien. Nos reímos y compartimos hora de tupper y vamos juntos los jueves a echar la primitiva. Algunos de ellos son buenos amigos y los quiero y todo.
La señora de la limpieza de mi trabajo: Mercedes se llama. Una señora guapísima. Hemos entablado una bonita amistad, ella me cuida a su manera y se preocupa por mí. La quiero mucho.
Los Funcionarios en general: Ya me conocen, y a veces reconozco, tengo un poco de enchufe y me han salvado el culete más de una vez.. Son amables, en especial los del Registro Mercantil. Frikis pero amables.
El Chino de abajo de casa simpático: Le compramos el pan, que debe ser radioactivo nuclear y seguro que brilla en la oscuridad. Nos llama amigos. Tampoco se como se llama.
El otro chino de abajo de casa, menos simpático: Le compramos hielos y los limones para los gintonics. Este sale ganando...
Los empleados del Supermercado " Rotterdam". Todos muy majos. El pescadero me pide caracoles en temporada, a mi me hace muy feliz. A veces se pelean entre ellos, a veces bromean y todos miran a las mozas erasmus que andan por la tienda... es como el mercado del barrio.
El vecino loco de los perros : Un señor muy gordo mayor que siempre va con sus perretes, y siempre refunfuña en voz alta.
Nuestro médico de familia: Baldomero. ¡Madre mía qué tío más loco! Te da besos, te dice que te calles coño mientras te osculta. Dos minutos de consulta muy intensos. Parece un viejo rockero Malasañero y que va a tope de Red Bull. No nos cambiamos de médico. ¡Nos mola nuestro Baldomero!
El cartero metalero: Dice que le horroriza el uniforme naranja de Correos, no me extraña. Lleva su pelete largo y ese acento inconfundible de Vallecas. Más majete,.. siempre se despide con un : ¡Gracias, tía¡.
Los camareros del Sidi; Bar de toda la vida. Reúne al frikismo del barrio. Allí estamos en la gloria. Nos ponen tapillas y a veces, nos invitan a la penúltima...
Pues así muchos personajes más que me cruzo a diario a los que quiero agradecer su fugaz y cotidiana compañía haciendo mi vida más fácil y familiar y que poco a poco, van convirtiendo Madrid en mi pequeño universo rural...
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