miércoles, 19 de marzo de 2014

Mi Padre

Mi padre tiene 72 años, se llama Paco y es la persona más libre que conozco. Si digo que lo quiero sería injusto porque todavía no he encontrado una palabra que pueda definir lo que siento por él.

Mi padre tiene mucha personalidad , es a veces salvaje y muy natural  y suele hacer lo que le da la gana, pero no conozco a nadie tan honesto en este mundo. Siempre está ahí, escondido, discreto, pendiente de todo y de todos. Es un niño eterno, se sube a los pinos para coger piñas y así poder encender la lumbre donde tanto nos gusta calentarnos a todos en casa y comernos los choricillos a la brasa. Nunca pone pegas para nada, siempre a mi lado , desde que tengo uso de razón mi padre está , haciendo gazpacho, pelando granadas o almendras, haciendo zumos de naranja y las ensaladas más ricas del mundo.

Disfruta de la vida, ha sido feliz siendo telefonista, subiéndose a escaleras  para empalmar cables y así unir voces y a las  familias. Es feliz con sus olivos, en su pueblo serrano, con las cosas simples de la tierra. Le encanta Madrid porque hizo aquí la mili, siempre estoy deseando que vengan a estar aquí con nosotros  patearnos las calles y tomarnos un bocata de calamares con un cervezón.

Mi padre es muy divertido, tiene un humor único, le gusta hacer pacharán y mistela,  beber vino y comer bien.  Está enamorado de mi madre y se ríe muchísimo con ella, a veces la mira y le dice : “ Mira que eres guapa Mariquilla” y después siempre termina emocionándose. Le encanta bailar en la verbena pasodobles con ella, son dos bailarines excelentes y su copla favorita es María la Portuguesa de Carlos Cano.  Se emociona siempre, es sensible, y cuando estamos todos juntos él es muy feliz, aunque no lo diga…

Cuando pasamos todos unos días en casa, el día que nos vamos, madruga y prepara cuatro “tesorillos”  para las cuatro hermanas. Yo el mío no lo abro hasta que llego a Madrid, y el tesorillo consiste en las viandas que él sabe tanto nos gustan ( un quesillo, chorizos, aceitunas, aceite, salchichones, una botella de pacharán, tomates…) a mi padre le cuesta dar besos pero mete todo su cariño en el tesorillo…

Él es honesto, real, auténtico, un hombre muy querido. Me ha enseñado  el amor por el campo, por el pueblo, el respeto a los mayores, las raíces, la familia, lo importante que es estar en paz con uno mismo y con lo que te rodea. Tiene sentido de la justicia, no quiere conflictos, es humilde y junto a mi madre unos luchadores que han sacado a un familión adelante con esfuerzo y han hecho que seamos una familia unida.  

 Podría hablar toda una vida de él, de sus cosas, de que le encanta llegar el  primero en las rutas de las vías verdes porque se siente y es un chaval, de que su fruta favorita es el melón y que le encanta echar todas las tardes su partidilla de dominó con sus colegas...  Podría hablar del  Camino de Santiago que hicimos hace unos años juntos con mi hermana Pili, con sus 68 años se hizo querer por todos, por su espíritu, durmiendo en los albergues y alternando con guiris a base de trueque entre vino y aceite…no necesitaba más, qué experiencia tan preciosa fue la del camino…

Mi padre, Paco, de Génave, telefonista, olivarero, padrazo, abuelo enorme, generoso… Yo cuando bajo del tren y me espera voy corriendo y me lo  como a besos, a él le da vergüenza…cuando de regreso me vuelvo en tren y me despide en el andén, siento una pena inmensa . No se mueve hasta que ve desaparecer el tren, igual que hacía su padre, mi abuelo Isidoro.





Mi padre y sus ojillos achinados llenos de luz,  una de las personas que más quiero y admiro en el mundo, mi guía, mi ejemplo a seguir en la vida, fiel, auténtico y bueno, el que nos ha permitido ser libres y  el que siempre está y estará  ahí hecho un eterno chaval más allá del paso del tiempo...



Gracias Papá.



3 comentarios:

  1. Precioso texto, como siempre, felicidades. Los sentimientos y las palabras hilvanadas con muchísimo arte. Con hijas como tú, ser padre resulta aún más fascinante si cabe.

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  2. Me alegra ver como con tus palabras y a medida que los renglones se van sucediendo, brotan las emociones al hablar de un padre que puede ser el padre de todos tus lectores. Enhorabuena, que bien se te da escribir, con tu estilo tan particular. Gracias por regalarnos lo que llevas dentro so pedazo de Génavera.

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  3. Espero que tu padre pueda leerte. No hay mayor alegría para un padre que escuchar un Te quiero de un hijo; y el tuyo, en esta ocasión, refleja lo grande que es el sentimiento del amor cuando lo acompaña la admiración. Enhorabuena y gracias por las lágrimas de emoción al leer tu dedicatoria a tu padre.

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