Mi padre tiene 72 años, se llama Paco y es la persona más
libre que conozco. Si digo que lo quiero sería injusto porque todavía no he
encontrado una palabra que pueda definir lo que siento por él.
Mi padre tiene mucha personalidad , es a veces salvaje y muy
natural y suele hacer lo que le da la
gana, pero no conozco a nadie tan honesto en este mundo. Siempre está ahí,
escondido, discreto, pendiente de todo y de todos. Es un niño eterno, se sube a
los pinos para coger piñas y así poder encender la lumbre donde tanto nos gusta
calentarnos a todos en casa y comernos los choricillos a la brasa. Nunca pone
pegas para nada, siempre a mi lado , desde que tengo uso de razón mi padre está
, haciendo gazpacho, pelando granadas o almendras, haciendo zumos de naranja y
las ensaladas más ricas del mundo.
Disfruta de la vida, ha sido feliz siendo telefonista, subiéndose
a escaleras para empalmar cables y así
unir voces y a las familias. Es feliz
con sus olivos, en su pueblo serrano, con las cosas simples de la tierra. Le
encanta Madrid porque hizo aquí la mili, siempre estoy deseando que vengan a estar
aquí con nosotros patearnos las calles y
tomarnos un bocata de calamares con un cervezón.
Mi padre es muy divertido, tiene un humor único, le gusta
hacer pacharán y mistela, beber vino y
comer bien. Está enamorado de mi madre y
se ríe muchísimo con ella, a veces la mira y le dice : “ Mira que eres guapa
Mariquilla” y después siempre termina emocionándose. Le encanta bailar en la
verbena pasodobles con ella, son dos bailarines excelentes y su copla favorita
es María la Portuguesa de Carlos Cano. Se
emociona siempre, es sensible, y cuando estamos todos juntos él es muy feliz,
aunque no lo diga…
Cuando pasamos todos unos días en casa, el día que nos
vamos, madruga y prepara cuatro “tesorillos” para las cuatro hermanas. Yo el mío no lo abro
hasta que llego a Madrid, y el tesorillo consiste en las viandas que él sabe
tanto nos gustan ( un quesillo, chorizos, aceitunas, aceite, salchichones, una
botella de pacharán, tomates…) a mi padre le cuesta dar besos pero mete todo su
cariño en el tesorillo…
Él es honesto, real, auténtico, un hombre muy querido. Me ha
enseñado el amor por el campo, por el
pueblo, el respeto a los mayores, las raíces, la familia, lo importante que es
estar en paz con uno mismo y con lo que te rodea. Tiene sentido de la justicia,
no quiere conflictos, es humilde y junto a mi madre unos luchadores que han
sacado a un familión adelante con esfuerzo y han hecho que seamos una familia
unida.
Mi padre, Paco, de Génave, telefonista, olivarero, padrazo,
abuelo enorme, generoso… Yo cuando bajo del tren y me espera voy corriendo y me
lo como a besos, a él le da vergüenza…cuando
de regreso me vuelvo en tren y me despide en el andén, siento una pena inmensa
. No se mueve hasta que ve desaparecer el tren, igual que hacía su padre, mi abuelo Isidoro.
Mi padre y sus ojillos achinados llenos de luz, una de las personas que más quiero y admiro en el
mundo, mi guía, mi ejemplo a seguir en la vida, fiel, auténtico y bueno, el que nos ha permitido ser libres y el que siempre está y estará ahí hecho un eterno chaval más allá del paso del tiempo...
…Gracias Papá.
Precioso texto, como siempre, felicidades. Los sentimientos y las palabras hilvanadas con muchísimo arte. Con hijas como tú, ser padre resulta aún más fascinante si cabe.
ResponderEliminarMe alegra ver como con tus palabras y a medida que los renglones se van sucediendo, brotan las emociones al hablar de un padre que puede ser el padre de todos tus lectores. Enhorabuena, que bien se te da escribir, con tu estilo tan particular. Gracias por regalarnos lo que llevas dentro so pedazo de Génavera.
ResponderEliminarEspero que tu padre pueda leerte. No hay mayor alegría para un padre que escuchar un Te quiero de un hijo; y el tuyo, en esta ocasión, refleja lo grande que es el sentimiento del amor cuando lo acompaña la admiración. Enhorabuena y gracias por las lágrimas de emoción al leer tu dedicatoria a tu padre.
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