Ya que una se va en pleno agosto a unas de
las ciudades más turísticas de mundo, Florencia, Pisa y Siena... aquí van unos
consejillos que pueden ser de utilidad. Una rápida guía alternativa para
escapar un poco de las rutas convencionales y para treintañeros a la deriva sin
coche ni carné...
1) Perderle el miedo al calor y a la
multitud: Hace
unos 4 años, estuvimos en Roma la misma semana de agosto y puedo decir que fue
un poco infernal, en cuanto al calor y a la muchachada que había allí. Creo,
que eso puede quitarle casi todo el encanto a una de las ciudades más
fascinantes y bellas del mundo...y digo casi todo, porque decidimos verla de
noche y dormir un poco más de día...bueno que me lío... El caso, es que la
Toscana, al estar situada al noroeste de Italia, tiene un clima mucho más suave
y agradable para ser visitada a finales de Agosto.
En cuanto a la multitud, pues no era para
tanto....llegaban en autobuses grupos que se concentraba en las plazas y puntos
principales de las ciudades, pero al salir un poco de esos lugares de
obligada visita, encontrábamos con facilidad rinconcillos de paz y con un
encanto inmenso….
2) Hoja de Ruta: Gracias a “Racaner” (que ahora están mucho
más majetes y flexibles) pudimos hacer una escapada en agosto a un precio más
que razonable. La ruta era esta y la manera de movernos, para un par de indocumentados.
Madrid- Pisa (Avión- Ryanair)
Pisa-Florencia(AutobusesTerravisión)
http://www.terravision.eu/spagnolo/florence_pisa.html
Florencia- Siena (Autobús de línea
regular)
Siena- Pisa Aeropuerto ( Blablacar
Italia con salida en Palacio Salimbeni y llegada al Aeropuerto)
Piazza Miracolli |
Plaza de la Universidad |
2) FLORENCIA- La Divina Belleza. No quiero ponerme
muy cursi, pero Florencia, dentro de lo poco del mundo que
conozco, se ha convertido en mi segunda ciudad favorita después de
Lisboa. Tenía ciertos prejuicios en cuanto a que era demasiado turística y,
como he comentado antes, lo es, pero se concentran en los mismos sitios por lo
que si lo que te gusta es perderte por sus calles sin saber muy bien a dónde ir
y dejarte sorprender por plazas, rinconcillos llenos de plantas, por palacios
renacentistas, y por arte que nace como plantas en un jardín salvaje, esta
ciudad te enamorará…Dos días enteros en la dinastía Médici...
Al llegar a la Piazza de la Signoría, me dio un
“toletole”(como decían los chanantes)…me dio tal impresión que me quedé en
medio de la multitud sin reaccionar un rato… en fin que es una maravilla, un
museo al aire libre, tan espontáneo y natural que te sacude el corazoncillo..
Me quedo con el
ambiente de la Piazza Santo Spirito, sitio ideal para comer o tomar unas
cervecillas en la escalinata de la iglesia que corona la plaza…por supuesto con
Santa María del Fiori pero desde las callejuelas estrechas que convergen en
Il Duomo, ver la cúpula majestuosa sobre los tejados de los palacios
ennegrecidos por la historia, era una visión mágica y casi irreal. Y con el
anochecer en la Piazza del Santo Croce, donde siempre hay músicos que acompañan
a los que cenan a la luz de las velas en cualquiera de las trattorias que
salpican la plaza...de ahí puedes caminar por la calle Verdi que renace al caer
la noche a la vez que se encienden las luces de sus teatros...
Me quedo, también, con los carteles
nostálgicos de Martini al lado de las cúpulas barrocas, con el paso caótico de
sus bicicletas atravesando los puentes, con sus barrios desconocidos donde
convergen los abuelos y los artistas en torno a un mercadillo de recuerdos
viejos y mapas descoloridos, y con la panorámica al amanecer de Florencia con
sus colinas desde la Piazza Miguel Angelo.
Volvería sin dudar a comer a Casa
Peppo con su cocina casera de la mamma al lado del bullicioso Mercado Central,
volvería a nuestro hotelillo, al otro lado del río, con su jardín toscano
y su encantador dueño Fabio...( Casa Di Anuusca)
Y sobretodo, me quedo con las ganas de volver a Florencia....
1. SIENA- La ciudad de las tres colinas. La última parada fue la pasmosa ciudad de Siena, pequeña, armónica, honesta con el que viene y con el que es de allí, repleta de vespas que ruedan sin parar por sus calles medievales que son las que nos recuerdan el arquetipo maravilloso que tenemos de Italia, con sus mujeres con mandil barriendo la puerta de casas que adornadas con flores, son protagonistas de los encuadres de los viajeros creando en la memoria postales que difícilmente podremos olvidar.
Volvería a comer en Malborghetto
, una trattoria con aspecto de merendero, con sus manteles de cuadros y
vistas a la torre de la Plaza del Campo y a tomar café en el bar de los
jubilados. Me pasaría todas las noches de verano sentada en la Plaza
viendo a los niños corretear mientras tomamos un helado…
Es encantadora y romántica en cada parte,
y emana tradición y costumbrismo...
Siena es para asomarte y ver el atardecer
toscano cada día del año, tiene una luz mágica y todos sus rincones huelen a
ropa limpia y a tomates fritos…
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