Nerviosismo, emoción y una energía mágica y maravillosa dominaba toda la sala, desde la pista de baile hasta la balconada repleta de incondicionales que abrazábamos y dábamos calor a Guille Milkyway.
Nosotros dos, declarados fans de La Casa Azul, nos dejamos llevar por la magia que tienen las cosas únicas, y es que pocas veces hemos vivido en un concierto una entrega, emoción y explosión de alegría y sentimientos como el que vivimos este sábado.
Seguidores de todas las edades, todos unidos por el amor a las cosas bien hechas, a las canciones que siempre nos agitan algo por dentro, en nuestro corazoncillo. Adictos a las entrañables melodías cargadas de elegancia optimismo y realismo, y a veces letras que son tan honestas que así, sin avisar te hacen llorar (a mí me pasó cuando sonaron canciones como “Hoy me has dicho hola por primera vez, Galletas, Como un fan” "El momento mas feliz… y unas 200 veces más…una que es nostálgica y se acuerda de tantas cosas y de tanta gente…
Mencionar tantas sensaciones que sentí esa noche, las paradojas de la vida; sonaba Europa Superstar, una canción que habla de que nos vamos a pique, y que gran vedad es, mientras globos de colores salpicaban la sala y el público optimista saltábamos como si venciéramos por un momento nuestros grandes miedos, es lo que tiene el Pop…
Dos horas de recuerdos, de alegría, de nostalgia. Pensando en que en hay veces en la vida en que se da esa combinación absolutamente mágica entre el talento y la humildad, y cuando eso sucede, esa persona irradia algo fuera de lo común y consigue crear arte en forma de preciosas canciones que llegan hasta lo más profundo y hacen arduo favor al democratizar la belleza de la música, con su numerosos homenajes, influencias y loable diversidad de gustos musicales, sin prejuicios con suma elegancia (del electro al disco y del disco al northern soul….)
Y como no, las imágenes, los androides, el piano tan dulce y magistral, el increíble amanecer en la Polinesia Meridional… Ir con mi amorcete, y esa preciosa conexión entre su música y la mía que es la de los dos y que en la Casa Azul encuentra su plenitud. Los abrazos de verdad…
Todavía nos dura la resaca emocional, todavía la Fiesta Universal…
Wuauuuuu¡!!
ResponderEliminarque bonito, por que no tendre yo ese don. Y muy bonita dedicación